Los tratamientos y la cura del cáncer producen cambios físicos, psíquicos y emocionales que interfieren en la vida diaria del paciente y sus familiares, presentando algunas complicaciones como son: dolor agudo o crónico, fatiga, déficit de movilidad, linfedema, edema, alteraciones del sueño, neuropatías, debilidad muscular, alteraciones cardiorrespiratorias, depresión o deterioro cognitivo, entre otras.
La rehabilitación oncológica es altamente recomendada en todo proceso de tratamiento de cáncer, ya que a través de ella se puede disminuir la discapacidad derivada de los efectos no deseados del proceso de curación. Existe evidencia científica sólida que avala su realización en sus distintas formas de intervención (preventiva, restauradora, de apoyo, paliativa) siempre que no exista una clara contraindicación clínica.
· Tratamiento de las repercusiones funcionales tras cáncer de cabeza y cuello: Rehabilitación tras los efectos secundarios de la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia, como son la limitación del balance articular del hombro, limitación de la movilidad cervical, alteración en la cicatrización, linfedema facial, parálisis facial, alteraciones en la comunicación y en la deglución.
· Prevención y tratamiento de las secuelas funcionales post-intervención de cáncer de mama, cáncer ginecológico y urológico: Prevención y tratamiento del linfedema, limitación del balance articular del hombro, capsulitis adhesiva, síndrome de red axilar, neuropatías y alteraciones en la cicatrización, prescripción de prendas de compresión e indicación de tratamiento.
El tratamiento de rehabilitación en una patología oncológica debe ser multidisciplinar, dirigido en dos sentidos: la prevención y la rehabilitación integral. Trabajamos de forma coordinada con Oncología Médica, pero también con los servicios de Ginecología, Cirugía Plástica, Urología, Otorrinolaringología, Cirugía Maxilofacial, Logopedia, etc. Es fundamental abordar las patologías de una manera global e integral.