¿En qué consiste el diagnóstico precoz del cáncer de próstata?
Para la detección del cáncer de próstata se emplean principalmente los marcadores en sangre y la exploración de la próstata.
FASE 1 - Visita con el especialista y análisis de biomarcadores
Le visitará un urólogo especialista en el diagnóstico de patologías de la próstata y, si lo considera necesario, le realizará una exploración física mediante tacto rectal y solicitará un diagnóstico bioquímico. Y es que, a partir de los 50 años -y en algunos casos antes- es recomendable realizar análisis de sangre en los cuales se mida determinados valores. Uno de los más relevantes es el antígeno prostático específico o PSA. Este marcador ayuda a predecir el riesgo de padecer cáncer de próstata y sirve para adaptar las visitas y el proceso de diagnóstico.
FASE 2 - Exploración de la próstata
La exploración de la próstata está dividida a su vez en dos procesos: la realización de pruebas de imagen y la biopsia. Las pruebas de imagen permiten identificar con precisión lesiones en la próstata y, en algunos casos por si solas y en otros junto a la biopsia, ayudan a diferenciar entre lesiones de alto y de bajo riesgo. Así pues, la exploración prostática permite diagnosticar lesiones, pero también identificar el grado de gravedad y ayudan a definir el tratamiento posterior.
Pruebas de imagen
Ecografía prostática
La ecografía transrectal de la próstata es una prueba de ultrasonidos que permite verificar la dimensión y morfología de la glándula prostática. Además, aunque no con la precisión de la resonancia magnética, permite valorar la presencia de lesiones, inflamación o formaciones anormales.
Resonancia magnética
La resonancia magnética prostática es una prueba de imagen que sirve para estudiar la forma, tamaño y señal de la próstata. Ante cambios de tamaño, forma o señal de la glándula prostática, el radiólogo informará sobre la posible presencia de una inflamación (prostatitis), un agrandamiento (hiperplasia de próstata) o un tumor (cáncer de próstata). En este sentido, no solo describirá la presencia o no de lesiones, también informará sobre la probabilidad de que estas sean malignas o el grado de malignidad.
Con la resonancia magnética prostática somos capaces de diagnosticar en torno al 85% de los cánceres de próstata, sobre todo los más agresivos y de mayor tamaño.
Además, la resonancia magnética nos permite realizar biopsias dirigidas y biopsias por fusión, mucho más precisas y certeras y con menos afectación para el paciente.
Biopsia de la próstata
La biopsia de próstata es una prueba de diagnóstico en la cual se toma una muestra de tejido prostático para analizarlo en laboratorio. Se suele realizar ante la presencia de PSA alto, tacto rectal sospechoso y/o sospechas de lesiones en las pruebas de imagen.
Biopsia transrectal
La biopsia transrectal de próstata se suele realizar con anestesia local. El guiado con ecografía permite al profesional ser más preciso y tomar la muestra en la zona de la próstata afectada.
Biopsia dirigida
Si en la biopsia transrectal de próstata convencional se utiliza la ecografía para identificar la zona afectada, en la biopsia dirigida se utiliza la resonancia magnética. La biopsia dirigida por resonancia magnética permite ser mucho más precisos y ofrece imágenes más detalladas de la próstata.
Biopsia por fusión
La biopsia de próstata por fusión es un procedimiento ambulatorio que permite obtener muestras de tejido prostático combinando las imágenes de la resonancia magnética y de la ecografía. Juntando las imágenes de estas pruebas se crea un modelo tridimensional de la próstata, lo que ofrece la mayor precisión posible en la toma de muestras, un diagnóstico más certero, una mejor identificación y análisis de las lesiones y, dado que se realiza mediante anestesia local, un mayor confort para el paciente.