Tratamiento
La mayoría de las crisis epilépticas se controlan con tratamiento farmacológico, en concreto con fármacos antiepilépticos. El medicamento idóneo se elige en función de varios factores, que incluyen: el tipo de epilepsia (focal / parcial versus generalizada), la frecuencia y severidad de las crisis, la edad de la persona, estado general de salud y su historia médica. Un diagnóstico preciso del tipo de epilepsia (no sólo del tipo de crisis) es fundamental para elegir el mejor tratamiento.
En general, los pacientes con convulsiones que comienzan en un área focal del cerebro, y cuyos ataques no han sido controladas con medicamentos, son considerados para la cirugía.
La cirugía de la epilepsia implica la extracción quirúrgica de la región del cerebro responsable de las descargas epilépticas que causan las convulsiones. Esta región del cerebro se llama la zona epileptógena. Esta región puede ser pequeña o podría comprender varios lóbulos del cerebro. Una completa evaluación prequirúrgica, que incluya una monitorización video-EEG, resonancia magnética de alta resolución y técnicas de neuroimagen funcional, como la resonancia magnética funcional con EEG simultáneo, debe ser realizada previa a la cirugía, en un centro con experiencia en cirugía de la epilepsia.